La jornada laboral intensiva, o jornada continua, prevé una reducción de las horas de trabajo, manteniendo el mismo rendimiento y el mismo sueldo. La norma actual establece 40 horas semanales que, al aplicar la nueva jornada, se reducen a 37,5 h.
Concretamente, una jornada intensiva cuenta con pausas obligatorias de 15 minutos, cada 6 horas; pero no prevé una pausa larga de 1 o 2 horas, al igual que la jornada partida actual. Además, las pequeñas pausas se consideran tiempo efectivo de trabajo. Básicamente, al trabajar de corrido, el día laboral se finaliza antes de lo habitual.
Antes de este año 2023, en el Estatuto de los Trabajadores no estaba establecida ninguna norma con respecto a la jornada laboral intensiva. Sin embargo, con el acuerdo entre PSOE y Sumar, ahora se cuenta con un cambio bastante importante que afectaría no solo al calendario laboral, sino a la calidad de la vida de las personas.
¿Cómo se gestiona una jornada intensiva?
La jornada continua puede prever un trabajo de 7 a 15 h, o de 8 a 16 h. Cabe destacar que, hasta ahora, al no existir una ley específica para su gestión, se hace referencia a las normas internas de las propias empresas.
Normalmente, como se mencionó anteriormente, la ley obliga a un descanso de 15 minutos por cada 6 horas seguidas de trabajo. Sin embargo, según pacto previo, la empresa puede conceder una pausa más larga.
Tipos de jornada intensiva
Siempre y cuando esté previsto en el Convenio Colectivo de las propias empresas, la jornada continua se puede aplicar durante todo el año o solamente en los meses de verano. Generalmente, existen dos tipos de jornadas intensivas:
- Jornada intensiva los viernes: en este caso, de lunes a viernes se trabaja de manera regular, concentrando el trabajo del viernes solamente por la mañana. De todos modos, la semana laboral siempre cuenta con 40 horas y puede incluir más horas durante los demás días.
- Jornada especial de verano: hay compañías en las que, durante el verano, las 8 horas habituales se reducen e, incluso, se prevé una irregularidad en la distribución de las horas diarias. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se tiene que compensar, trabajando un poco más durante el resto del año. Dicho de otra forma: si se trabaja 6 horas al día durante el verano, se trabajará 8,5 horas durante el invierno.
Por lo general, aplicar la jornada intensiva durante el verano presupone una mayor autonomía por parte de los trabajadores porque las tareas se pueden gestionar autónomamente. Básicamente, cada empleado puede decidir si trabajar, por ejemplo, de 8 a 15 o de 9 a 16; lo importante es que se cumpla con las horas previstas.
Actualizaciones 2024
Actualmente, aunque ya existan algunas empresas que aplican la jornada intensiva, dicha normativa se considera siempre y cuando la media semanal cumpla con las 40 h en el cálculo anual. De hecho, en España solamente 13 empresas cuentan con semanas laborales de cuatro días.
Por eso, la propuesta de Sumar prevé una reducción de las horas semanales a 37,5 durante el año 2024, teniendo en cuenta que se irá actualizando aún más, hasta llegar a trabajar 4 días por semana, con un total de 32 horas. Concretamente, se podría hablar de un tercer tipo de jornada continua que recobre todo el año y solo se aplica para empresas que cuentan con periodos semanales de trabajo fijados por debajo de las 40 horas.
En fin, la medida prevé una reducción de las horas laborales, pero sin reducción salarial.
Ventajas
Tras el éxito de países como Noruega, Dinamarca y Finlandia, es evidente que aplicar la jornada laboral intensiva beneficia tanto a los empleados, como a las empresas. De hecho, entre las ventajas principales, se evidencia una mejor conciliación del tiempo que los trabajadores pasan fuera de la oficina.
- Una mejor gestión del tiempo libre conlleva una más alta calidad de la vida, dato que implica un mayor rendimiento en el trabajo. En otros términos: cuanto más sean relajados los empleados, mejor llevarán a cabo sus tareas. Además, el ambiente laboral resultará más acogedor y menos tenso;
- Para las empresas se prevé un ahorro de gastos, así como para el trabajador un ahorro de dinero y tiempo;
- La jornada intensiva presupone un mejor control horario y mayor manejo de las horas extra. Además, cabe destacar que, para que esto sea más efectivo, es recomendable que cada empresa cuente con herramientas para el control horario. Por ejemplo, existen plataformas digitales para el registro automatizado del tiempo, como Light of Work, que permite también la organización de proyectos.
¿La jornada intensiva se aplica para autónomos?
La jornada continua para autónomos es posible. No obstante, hay que tener en cuenta que cada empresa necesita ajustar el ritmo de trabajo a diferentes necesidades.
Entre otras cosas, si se colabora con clientes, se pueden adecuar las horas a la actividad de los demás: es decir, si la otra compañía trabaja por la mañana, planificaremos las reuniones en esas horas. Además, resulta ser bastante útil marcar un calendario semanal con objetivos específicos y aumentar el teletrabajo, para tener una flexibilidad mayor.
Ahora bien, que tú seas empleado o autónomo, la jornada laboral intensiva resulta ser la alternativa más beneficiosa para todo el mundo. En conclusión, trabajadores más relajados conlleva un mayor rendimiento de las empresas e, incluso, movilizan la economía de forma masiva.